Esta nueva jornada nos sorprendia con la llegada del "Año Familiar" y por eso decidimos hacerlo en un lugar donde nos vinculaba profundamente con quien nos iba a guiar en el camino hacia el segundo hito de Schönstatt: Dachau.
El Padre Adrian que desde Saldungaray nos visitaba y daba comienzo a esta nueva etapa nos recondujo en la corriente de vida que nos acompañara en este paso de Dios en nuestra vida de curso.

Como fieles caballeros al ideal celebramos y compartimos la vida. Disfrutamos de nuestra cercania y de la naturaleza. Pusimos en manos de la Mater este hito en nuestra historia y pedimos al Padre Kentenich que desde el cielo y desde nuestra libertad nos regale los dones que conquisto en el campo de concentracion para la familia de Schönstatt.


Recuerdo de nuestra visita a "Dachau":
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